Existir, no existir...

Todo genial, todo perfecto, la perfección se queda corto, pero algo pasó que se llevó todo, cambió la dinámica de la vida, el vaivén de las cosas, la comodidad de las situaciones y las confianzas de las personas, la alegría disminuyó y las ganas de reír se fueron disolviendo más y más, cada vez era menos las ganas de seguir soñando o las ganas de seguir sintiendo.

El inicio de los días eran distintos a los demás, ya nada seguía igual, siempre con la sensación de si todo está igual, y un sin fin de preguntas, deseando que sea la tarde para saber si lo que piensas es verdad, pero no es así, cambió, todo lo que creía sentir se fue sin saber como.

Siento más odio, mas frustración, ganas de desconectar durante un tiempo indefinido de este lugar llamado “Paraíso del mar” perderme en el mundo, alejarme de la humanidad, pero si fuera eso fácil no podría seguir escribiendo, que es la segunda cosa que más me está gustando en esta vida, aunque en mi mente tengo escritos de mi vida que voy improvisando en el transcurso del tiempo.

Pero si yo no estuviera, ¿muchas parte de la vida estaría distinta?, ¿habría algo de felicidad en las esquinas?, ¿se mosquearía ella por las pamplinas que digo?, ¿en casa sería todo igual?, ¿en las mentes de mis amigos estaría mi nombre grabado en sus memorias por mis momentos buenos y malos?, estas preguntas no las puedo responder porque existo, pero por unos instantes me gustaría no existir para averiguarlo, saber si es verdad lo que pienso o no.

En conclusión a pesar de dar estas cuestiones que se van acumulando en mi cabeza, que quizás algunas se entiendan y otras no, me estoy llevando a mi propia conclusión de que hay que existir para poder vivir la vida y para no saber con ciencia cierta las preguntas que te haces a ti mismo y poder vivir tu vida más tranquilo, aunque en situaciones tengas las cosas tan claras de lo que ocurre aquí, en esta vida.

Vive, se feliz, disfruta de la vida, y se consecuente con lo que digas y pienses.